Estaba sentado en la misma silla de siempre. Tomando el mismo mate de siempre. En la galería de su casa. La casa Jell. El Sr. Harris llegó. El hombre que tomaba mate lo miró en silencio. Entonces, fue ahí cuando se escuchó el disparo. Venía del sur. Los hombres se miraron. Harris miró detrás del otro hombre, por la ventana de la casa. Vio una figura. Jell miró a Harris. Luego vio también por la ventana a esa figura. Una cálida brisa de verano pasó por la casa. El intruso salió por la ventana y la hizo añicos. El ladrón corrió escapando con la bolsa que había robado. El sr. Harris le pegó un tiro. Fue cuando descubrieron algo. El hombre era una especie de gato gigante.
-Vamos-dijo Jell.
Corrieron hasta donde había llegado el tipo. Descubrieron que la bala le había llegado hasta la pierna. Ese "gato" tenía suerte.
-Dinos cómo te llamas-lo obligó Harris.-¡Dilo!
-De la Selva-respondió el extraño.-George De la Selva.
-¿Qué tienes en la bolsa?
-No-lo-DIRÉ-George le pegó una patada a Harris con la pierna sana. Jell era sólo un viejo indefenso.
Un gato más grande y una hembra del tamaño de Georgie llegaron a buscarlo.
-Soy Chile, la madre-dijo el gato mayor.
-Mimo, llegaste-le dijo George a la de su tamaño.-Aquí está el pescado.
Chile y Mimo llevaron a George De la Selva a su casa, supongo.
Harris se creyó loco. Tomo una pala y se golpeó la cabeza. Despertó y volvió a la ciudad.
Bueno, Jell está en su casa. Con el bosque se siente más feliz.
Dr. Jack Joe John Jell.
5 comments:
Guau por el escritor, digo miau.
Alice
jaja me encantó
León, me encantó tu cuento, escribís muy bien!!!
León, me encantó tu cuento, escribís muy bien!!!
León, me encantó tu cuento, escribís muy bien!!!
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